LA ACARACAS COMUNAL

La Caracas comunal
Néstor Rivero
La Caracas que está naciendo, a partir de la institucionalidad urbana que se establece en la Ley de Comunas, que actualmente se discute en la Asamblea Nacional, apunta a objetivos fundamentales de un régimen democrático radical, con pueblo deliberando y tomando decisiones sobre su destino en cada espacio específico donde hace su vida habitual.
Figuras como el Banco Comunal, los Distritos Motores de Desarrollo y Entidad Local Socialista, entre otras, definen los elementos que darán viabilidad al Estado Social, de Derecho y de Justicia consagrado en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Eso es el Estado Comunal, una concepción de poder, con asidero en las posibilidades de propiedad social que da pasos constatables en la dirección de los postulados fundamentales de la Carta Constitucional de 1999.

Queda claro que el legislador concibe la descentralización dentro del más riguroso espíritu y propósito de la Constitución, como ejercicio de poder directo por el pueblo, la base comunal de la Nación, y no como desarticulación del Estado para beneficio de cacicazgos burocráticos regionales y locales. Planificación, deliberación y toma de decisiones, constituyen dimensiones de una práctica de democracia auténtica, protagónica, de aplicación de justicia redistributiva.
Tal modelo de Estado se ajusta en sus ejes y en sus bordes al ordenamiento constitucional. Lo revolucionario de esta Ley de las Comunas es su traducción en avances irreversibles para la ordenación de la ciudad y de asentamiento de cualquier magnitud dentro del territorio venezolano.

Compromiso de los miembros del espacio comunal es apropiarse de la teoría, para conducir el timón del poder que la Ley les entrega, con ética, con responsabilidad, con acuciosa búsqueda de una propuesta de convivencia inspirada en el humanismo, en los principios del Socialismo y la propiedad común de los medios de producción, hacia una gestión de la tierra urbana para la felicidad social